domingo, 18 de octubre de 2015

El Húsar

Leído por ahí:
Lo que algunos escriben y me gustaría haberlo hecho yo.

Y el siguiente libro que leí de este autor fue éste, el primero que escribió, que por supuesto no me decepcionó. Después vinieron el resto.



«... Matar a distancia no es muy honorable, querido. Una pistola no es más que el símbolo de una civilización decadente. Prefiero, por ejemplo el florete, es más flexible, más...
— ¿Elegante?
—Sí. Quizá sea esa la palabra exacta: elegante. El sable es más instrumento de carnicería que de otra cosa. Sólo sirve para dar tajos.
— ¿Y qué haríamos con un florete en una carga de caballería, Michel?
De Bourmont se encogió de hombros con solemne resignación.
—El ridículo más espantoso, supongo. Pero insisto. El sable es una vulgaridad».

«Se trataba del equivocadamente llamado modelo ligero para caballería del año XI, una pesada herramienta de matar con hoja de treinta y siete pulgadas de longitud, según estipulaban las ordenanzas, lo bastante corta para que no arrastrase por el suelo y lo bastante larga para degollar con razonable comodidad a un enemigo que estuviese a caballo o pie a tierra ».

«Las alusiones inoportunas suelo discutirlas con un sable en la mano —dijo con la misma helada sonrisa en los labios—. Aunque nos diferencia un grado, espero que, en honor al uniforme que ambos vestimos, esté dispuesto a darme la satisfacción de discutir el tema conmigo ».

«—Es justo— respondió con voz desmayada.
De Bourmont envainó el sable y saludó con exquisita cortesía.
—Ha sido un honor batirme con usted, teniente Fucken. Por supuesto, quedo a su disposición en caso de que, una vez curado, desee continuar esta discusión.
El herido hizo un gesto negativo con la cabeza.
—No será necesario —dijo con honestidad—. Ha sido una leal pelea».

«—Antes has hablado de los sucesos de mayo en Madrid —dijo por fin, con gravedad—. Aquel gentío fanático, vociferante en las calle, tenía algo de siniestro que espantaba, te lo aseguro, Había que estar allí para saber a qué me refiero...
... Escucha bien lo que te digo, Frederic: en este país hasta los perros, las aves, el sol y las piedras son nuestro enemigos».

«El cielo color ceniza, veteado de negros nubarrones, gravitaba sobre la tierra como si estuviese preñado de plomo. Una fina llovizna comenzó a caer sobre los campos, velando el paisaje de gris».

«—...Un húsar que se precie de tal debe reconocer de inmediato un buen caballo, un buen vino, un buen cigarro y una linda mujer.
— ¿Por ese orden?
—Por ese orden. Semejante tipo de sutilezas perceptivas es lo que diferencia a un oficial de la caballería ligera de uno de esos tristes pisaterrones que llevan constantemente las botas sucias de barro y acuchillan pie a tierra, como los campesinos».




De El Húsar, de Arturo Pérez-Reverte.





No hay comentarios:

Publicar un comentario