domingo, 27 de abril de 2025

Estar al cabo de la calle

Lo más acertado sería no incluir esta frase en mi blog como si fuera un decía mi madre más. Desde siempre sé que no es de las que, aunque escuchadas desde mi más tierna infancia, pueda ser atribuible a ella, pues se la oía también a otros, y fui consciente que formaba parte de la cotidianidad, del diario devenir de la gente. Pero no me resigno a omitirla, que cuando la oigo —porque aún hay personas que encuentran contexto para decirla—, es como si retrocediera cuatro quintos de mi vida, y la oyera durante una conversación de ella con algún vecino o un familiar, asintiendo ante la información que la estaban dando con un:
«Estar al cabo de la calle»
Pero de manera personalizada, o sea, algo así como «sí sí, estoy al cabo de la calle». Que no es otra cosa que decirle al interlocutor que uno también conoce todos, o casi todos, los detalles del asunto en cuestión. Un asunto que casi siempre debía de ser poco conocido y que, aunque se estuviera contando, tendría que seguir teniendo un carácter secreto, o al menos levemente, llevando implícita la petición de mantener la confidencia, pues se suponía que la cuestión era conocida por pocos, y así debía de seguir siendo: el secreto se mantendría.
Sin embargo, no siempre debe de ser así. También es posible que se desconozcan los pormenores de una noticia por haber estado ausente del lugar, por ejemplo, y es ahora tu interlocutor quien te pone al día, un tema ordinario, sin gran transcendencia, conocido por muchos menos por ti que acabas de regresar. Entonces, una vez informado, se contestará «pues es que como acabo de llegar de vacaciones, no estaba al cabo de la calle».
La RAE nos dice que una de las acepciones de la palabra cabo, concretamente la número 20, es «Diversos temas que se han tocado en algún asunto o discurso». Y me da la sensación que el lugar que ocupa es por su poco uso, que por cabo entendemos otros significados. Y es que hace tiempo, allá durante el Siglo de Oro, cuando se usaba esa palabra era para referirse precisamente a aquello, a un asunto y sus pormenores.
Y más abajo, seguimos en el diccionario de la RAE, encontramos dos locuciones verbales: estar al cabo de algo y estar al cabo de la calle. Dos formas coloquiales para decir «haberlo entendido bien y comprendido todas sus circunstancias». Una manera muy eufemística de manifestar que se está enterado de todos los detalles de la noticia, aunque ésta sea un vulgar chismorreo y el informante e informado sean unos cotillas.
En definitiva, que la frase de hoy nunca se la asigné a mi madre, ni siquiera lo hice por error o ignorancia, como sí ocurrió con muchas otras. Está aquí porque era un dicho más entre tantas expresiones que de ella recuerdo, porque formaba parte de su fraseología, del capítulo de una de las asignaturas que mejor aprendí y que todavía procuro seguir estudiando: Acervo léxico-popular de mi entorno más cercano.

Nota: como no encuentro nada que, acorde con el tema, pueda ilustrar esta entrada, dejo una fotografía de una calle de mi pueblo, algo antigua. Tanto lo es, que yo aún no andaba por allí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario