jueves, 20 de julio de 2023

¿Qué, mirando a las musarañas?

No sé si fui un niño despistado o si me distraía con cualquier cosa, perdiendo la concentración de lo que estuviera haciendo. O si puntualmente no atendía a una llamada y me quedaba absorto mirando al infinito con la barbilla apoyada en el puño. O tal vez fuera que no tenía nada nada que hacer y la mente se quedaba en blanco.
No, no lo sé.
Lo que sí sé, porque lo recuerdo perfectamente, es que en momentos como aquellos mi madre me sacaba de mi ensimismamiento con un:


«¿Qué, mirando a las musarañas?»

 

Apartándome de aquel estado y devolviéndome a la tierra y al quehacer abandonado.

Recuerdo que me tuvo, durante algún tiempo, un poco preocupado la preguntita, la cual tenía una variante con el verbo pensar: «¿Qué, pensando en las musarañas?». Y me preocupó porque no entendía, por desconocimiento, lo de las musarañas. Porque volvía a suceder y yo no había visto ni pensado en nada, la mente había estado vacía, ningún pensamiento; y la vista, la vista menos, todo había sido borroso, sin definición, como una fotografía muy desenfocada, si acaso unas manchitas que se movían. ¿Serían esas las musarañas?

Había que salir de dudas, en demasiadas ocasiones me había perdido con esas musarañas y yo no sabía qué o quienes eran. Tenía que averiguarlo.


Así que tiré de enciclopedia, de la Espasa Calpe, diccionario enciclopédico abreviado de siete tomos más dos apéndices, edición de 1957 que mi padre había adquirido, según me dijo, recién nacido un servidor. Y en el tomo V, página 1078 aparece el término: 
Musaraña, con su traducción a algunos idiomas, su etimología, y seis acepciones, de las cuales identifiqué al instante la tercera:

«fig, y fam. Especie de nubecilla que suele poner delante de los ojos».


Eso era lo que me pasaba y a lo que se refería mi madre, yo me quedaba viendo unas nubecillas sin forma ni color. Pues ya está, eso era, eso era mirar las musarañas.

Sin embargo, como mi madre también se refería a mis pensamientos, porque me preguntaba sobre ellos y los relacionaba con las dichosas musarañas, pensé que debía haber algo más y seguí leyendo. Supe entonces que existían unos animalillos así llamados, parecidos a los ratones, pero que no tenían nada que ver con mi asunto.

Llegado al quinto significado lo encuentro:


«Mirar uno a las musarañas. fr. fig. y fam. Mirar a parte distinta de la que se debe por estar distraído».

Y en el sexto:

«Pensar uno en las musarañas. fr. fig, y fam. No poner atención en lo que hace o dice uno mismo u otra persona».


He de admitir que, a pesar de que entendí perfectamente el significado de aquella expresión, no le puse remedio, y mi madre debió de seguir despertándome en muchas ocasiones de mis embelesamientos, sacándome a veces de estados placenteros o retornándome a la realidad de la que me había apartado.

Con el tiempo ya no he tenido esos trances en blanco, creo que no, mi mente y mi sentido de la distracción actúan de otra manera, han madurado: cuando momentáneamente eludo una tarea, cuando la mente se me va, cuando me despisto, es como si me fuera a otro asunto, a otro tema que me preocupe o en el que me apetezca pensar y entonces incluso lo desarrollo, lo escribo, lo dibujo, lo sueño, Pero siempre hay alguien que me retorna, o un ruido o yo mismo. Qué faena.

En definitiva, que mirar musarañas ya no miro, y cuando pienso en ellas no las veo parecidas a los ratones, porque no son roedores.

domingo, 9 de julio de 2023

La fotografía inédita de un miliciano de la Guerra Civil...

Leído por ahí:
Lo que algunos escriben y me gustaría haberlo hecho yo.
Y en ese caso, tal vez, habría hablado de que durante sesenta y nueve días, fuerzas superiores en hombres y recursos, no fueron capaces de superar la montaña de escombros en que convirtieron el Alcázar, tras la que se defendieron quienes a la postre moralmente les derrotaron.

La fotografía inédita de un miliciano de la Guerra Civil hecha por Robert Capa y Gerda Taro en Toledo.

Alejandro Sahorí Valero, 08 mayo 2023, Toledo

La fotografía que acompaña a esta noticia ilustra a un miliciano en una barricada de la plaza de Zocodover. Es el verano de 1936 y Robert Capa y Gerda Taro están en Toledo, refugiados tras su cámara, una de las más prestigiosas del fotoperiodismo mundial, en las trincheras junto al bando republicano, después del golpe de Estado cometido por parte del Ejército español.

La imagen es inédita y ha sido recuperada por el blog Toledo GCE, una iniciativa de Carlos Vega Hidalgo, que rebusca entre los documentos el contenido audiovisual de la Guerra Civil española, mucho menos documentada que otros conflictos bélicos. El blog, que también es una herramienta de investigación, cumple 10 años y es ahora cuando ha rescatado de la fotografía de una exposición que se realizó en Japón.

«Es más que probable que (la imagen) fuera realizada ese mismo 18 de septiembre en la plaza de Zocodover durante los asaltos por la fachada norte del Alcázar», explica Vega su blog. La fotografía es un retrato de un miliciano «cargado con varias granadas modelo Laffite que se encuentra expectante al otro lado del parapeto mientras en la zona del Alcázar estaban sus compañeros ascendiendo entre los escombros», asegura el investigador.

 ¿Quién hizo la foto, Capa o Taro?

Sobre la autoría de las fotografías firmadas por el nombre de Robert Capa hay tantos ríos de tinta escritos como preguntas en el aire. Sobre esta fotografía, Carlos Vega explica que «aunque el catálogo da la autoría a Robert Capa, no significa que fuera él quien disparó la cámara, ya que firmaban ambos con ese pseudónimo en 1936 y se intercambiaban las cámaras».

Capa y Taro, Taro y Capa realizaron muchas más fotografías del Toledo en la Guerra Civil, algunas las recoge el propio Toledo GCE, otras aún están por descubrir. «La obra fotográfica de Capa y Taro en Toledo es mucho más extensa de lo que imaginamos y poco a poco irán apareciendo nuevas instantáneas».

 

https://www.encastillalamancha.es/cultura-cat/fotografia-inedita-guerra-civil-espanola-robert-capa-gerda-taro-toledo/