domingo, 18 de junio de 2017

Los tarados niños del franquismo.

Leído por ahí:

Lo que algunos escriben y me gustaría haberlo hecho yo.



Los tarados niños del franquismo.
Javier Domenech
Opiniones libres, 02 de mayo de 2017



Ahora hemos descubierto que los niños nacidos durante el franquismo, éramos unos tarados oprimidos por la disciplina, educados en la ignorancia, lastrados por la religión e incapacitados para el futuro. Nuestra infancia, que creíamos feliz, debió ser solo el espejismo de un tiempo oscuro.

Fuimos unos pobres tarados que oíamos en la radio las aventuras de Diego Valor, el piloto del espacio, y disfrutábamos con el Guerrero del Antifaz, cuando matar a moros malvados no era un desprecio racial, y con Roberto Alcázar y Pedrin o el Jabato, que nos descubrían un mundo de héroes y la lucha de los buenos contra los malos o las películas donde frente a la amenaza de los siuox siempre llegaba a tiempo el Séptimo de Caballería al mando de John Wayne, cuyo beso final a la protagonista se cortaba por la censura. Pobres tarados cuya merienda de foigras o chocolate Matías López, no producía niños obesos ni adolescentes con anorexia. Los regalos eran para los cumpleaños o tarea de los Reyes Magos, que quizás traían ese deseo tantas veces contemplado en el escaparate de una juguetería. Comprábamos el TBO, pipas, regaliz o bolitas de anís exhibidas en la cesta del pipero presente en la puerta del colegio. Los niños jugaban a las chapas o al fútbol con pelotas de trapos atadas con cuerda y las niñas se divertían con muñecas o saltando a la comba, en calles que aún no eran territorio de violencia, vomitorio de botellón o mercado de droga, nunca aburridos ni necesitados de acudir a un psicólogo.

Fuimos tan tarados que aguantamos sin secuelas de por vida, los capones sufridos en el colegio y el dominio de los mayores. Aprendíamos la lista de los reyes godos para ejercitar la memoria, los dictados eran una prueba de ortografía básica, las raíces cuadradas había que resolverlas sin calculadora y traducíamos del latín la Guerra de las Galias. Y si suspendías en junio, te perdías las vacaciones. Tras ello, muchos acabaron en la Universidad y muchos más aprendieron un oficio, iniciado como aprendices. Y el futuro no parecía gris, lastrado por la bota opresora de una dictadura, cuando se soñaba con comprar una Vespa, el deseado Seiscientos o llegar a firmar la primera hipoteca.

Asi estábamos de tarados o es lo que pretenden hacernos creer hoy muchos que, años después, criados en una sociedad opulenta sin más valores que el logro del éxito y el hedonismo, confunden la infancia de nuestra época con la opresión. No son solo supuestos intelectuales estudiosos del pasado. Son también muchos que, incapaces de finalizar sus estudios, se cobijaron en el mundo de la farándula como intérpretes de nuevos valores artísticos, comentaristas que convierten sus tertulias en ágoras del pensamiento moderno o nuevos políticos equipados con el bagaje del resentimiento.

Fuimos tan tarados que, sin valorar el esfuerzo de unos padres que nunca tuvieron vacaciones, fracasamos al proyectar sobre nuestros hijos una permisividad que nunca nos habían tolerado. Fuimos tan tarados que ahora nos sorprende al ver como esos retoños, crecidos en un mundo de derechos y ninguna obligación, se alzan contra la sociedad que les ha permitido disfrutar lo que jamás tuvimos, reanimando odios y reescribiendo la historia cercana. Unos, abrazando nacionalismos, para inventarse sus orígenes y despreciando a quienes no forman parte de su estirpe imaginada. Otros para derruir la convivencia en paz lograda por unos tarados ya maduros, en los años de la transición a la democracia, revolviendo el odio y exaltando ideas abandonados hace decenios tras haber dejado tras de sí naciones esclavizadas y empobrecidas. Es el triste final de acto de la tragedia cíclica en nuestra Historia, donde los enfrentamientos son más frecuentes que los encuentros, donde la envidia supera al aprecio, donde personajes de inanes trayectorias personales, pretenden dirigir las vidas de los demás para imponer su sociedad soñada.

Tan tarados fuimos.

http://opinioneslibres.es/?p=463

domingo, 15 de enero de 2017

El mundo es un poco más libre

Leído por ahí:
Lo que algunos escriben y me gustaría haberlo hecho yo.



26 de noviembre de 2016

El mundo es un poco más libre

 Columnista de opinión: El Aguijón

Escrito para MEDITERRÁNEO DIGITAL

  

"25 de noviembre de 2016. El hermanísimo Raúl Castro, en un emotivo mensaje dirigido al sumiso populacho, anuncia que a las 22:29 horas se ha producido el enésimo fallecimiento del Comandante en Jefe de la gloriosa Revolución Cubana.

Día triste para los dirigentes de Unidos Podemos y sus cinco millones de votantes. El régimen de los Castro, espejo para los neocomunistas españoles del Siglo XXI, agoniza con la muerte del tirano represor nacido en Birán hace algo más de 90 años.

La dictadura hereditaria castrista como forma de gobierno ideal de la reivindicativa y antimonárquica izquierda patria.

Corría el año 1959 cuando Fidel Castro Ruz llega al poder a través de la fuerza y de la violencia. Hasta 2008, con su renuncia definitiva al poder por motivos de salud, Cuba ha padecido la indigencia económica y moral de la fallida revolución.

¡50 años son nada!, suspiran los más viejos en las calles de La Habana, convertidos en espíritus vivientes anclados por imposición a una tierra y a sus ancestros.

El paraíso cubano, uno de los más países más ricos del mundo hace apenas unas décadas, perece hoy entregado sin remedio a la miseria y a la pobreza, como ha ocurrido en otras potencias estatales que han sucumbido al utópico socialismo real.

Bajo el mandato de los Castro, generaciones completas de cubanos han padecido la progresiva degradación de un sistema de control de masas que ha fracasado a lo largo de la historia y de los pueblos.

El mensaje de Castro, de rabiosa actualidad en la España podemita, encandiló a la ciudadanía con un ideario basado en cuatro principios fundamentales:

Elecciones democráticas.
Libertad de prensa.
Liberación de todos los presos políticos.
Un nuevo orden constitucional.

La historia, perversa y caprichosa, ha dejado a Cuba en una situación de añoranza de democracia y con un legado terrorífico: control de medios de comunicación y comunicaciones, prohibición de los derechos de reunión, manifestación, sindicación, organización política y asociación, persecución religiosa...

Mientras un cubano ingresa un sueldo medio de 25 dólares, y basa su alimentación en las cartillas de racionamiento, la fortuna de Fidel Castro, según la revista Forbes, alcanza los 900 millones de dólares y se sitúa en el séptimo puesto del escalafón mundial entre mandatarios, superando a la mismísima Reina Isabel II.

Quiero terminar la columna recordando a los más de 70.000 "traidores" que han perdido su vida intentando alcanzar con rudimentarias pateras las bondades del capitalismo asesino, y alabando a los "presos políticos" cubanos que han muerto luchando por un futuro mejor para las generaciones venideras.

No sé si hoy Fidel Castro podrá descansar en paz, el pueblo cubano, seguro".

 

https://www.mediterraneodigital.com/opinion/columnistas-de-opinion/el-aguijon/el-mundo-es-un-poco-mas-libre