domingo, 29 de junio de 2025

Lo que tú digas



Hace poco durante una tertulia, en la que también participaba una persona de mi círculo más íntimo, cuando el diálogo —no recuerdo el tema y tampoco importa— entre ésta última y yo comenzaba a adquirir un tono que amenazaba con lo que parecía iba a ser una discusión, busqué un modo de apaciguar el horizonte que se avecinaba y recordé una historia, que se cuenta como chiste, en la que dos tipos hablan y uno de ellos, el más joven, le pregunta al otro, bastante mayor que el primero:

        —¿Qué hace usted para haber llegado a tan longeva edad, con una salud de hierro y una mente tan viva y sana?

A lo que el segundo le responde, sin apenas dar tiempo antes de la respuesta:

        —Sencillamente, no llevando nunca la contraria a los demás.
        —Será por otra cosa —le responde el joven.
        —Pues entonces será por otra cosa —le dice, tras apurar el vaso de vino que tenía en la mano.

No hace falta decir que llevé a cabo la moraleja de la historia y zanjé el debate con un «lo que tú digas», cuyo irónico significado se entendió perfectamente entre todos los asistentes. Mi contertulio creó que no lo captó, pues vi en su cara una sonrisilla que no era más que un claro gesto de satisfacción.